Red Velvet

Llegaron mis primeros Red Velvet y quedaron buenísimos. Hasta no ver el resultado final no sabía si la receta iba a funcionar o no, pero por suerte fue todo un éxito. 

Como pasa con la mayoría de las recetas famosas, el origen de este bizcocho de terciopelo rojo, tal como se conoce su traducción, tiene distintas versiones. Una de ellas remonta al año 1920 cuando una señora solicitó los secretos del postre que había probado en el restaurant del hotel Waldorf-Astoria de Nueva York. El chef cedió a su petición pero a cambio de 350 dólares. La mujer, en forma de venganza, comenzó a divulgar dicha receta de manera gratuita.

Pero, según historiadores gastronómicos, existen registros del Red Velvet  en libros de cocina de principios del siglo XX. Se acostumbraba a poner a los postres nombres llamativos para atraer a los comensales. De ahí, que a este bizcocho decidieron catalogarlo como terciopelo rojo por su miga fina.

Viendo muchas recetas, me di cuenta que no tenía bicarbonato de sodio, como en realidad llevan la mayoría. Así que me decidí por una receta que tenía guardada, y que lamento no poder decir de dónde es porque no lo recuerdo ni lo anoté, error, lo admito. Mi experiencia de Red Vevet tiene la peculiaridad de no llevar bicarbonato de sodio con vinagre ni buttermilk, es decir leche cortada con limón. Me generaba una gran intriga ver cómo quedaría pero el resultado fue excelente. Además, el buttercream de queso quedo delicioso y generó un gran contraste con el sabor a cacao del bizcocho. Sin más preámbulos les dejo la receta:

Ingredientes:

Harina                                                    150 g.

Levadura en polvo                                   12 g.

Huevos                                                    2

Cacao en polvo                                        30 g.

Manteca                                                  90 g.

Crema líquida                                          50 g.

Azúcar                                                    140 g.

Esencia de vainilla                                   1 cta.

Colorante rojo                                         1 cta.

Para el frosting de queso

Queso crema (tipo Philadephia)                200 g.

Manteca                                                  60 g.

Azúcar impalpable                                   115 g.

Esencia de vainilla                                   1 cdta.                 

Preparación:

-En un bol tamizar y mezclar los ingredientes secos (la harina, el cacao, el polvo leudante y el azúcar).

-Batir bien en otro recipiente los huevos con un poco de esencia de vainilla.

-Mezclar la manteca con los huevos y agregarla poco a poco al bol de los ingredientes secos.

-Calentar la crema, apenas un poco, y agregarle el colorante rojo. Hay que ser generosos con el colorante para que tome bien la preparación. Además, hay que tener en cuenta que con el horno el color se apaga un poco. Una vez que esté bien rojo lo incorporamos a la preparación anterior y mezclamos hasta que quede homogéneo.

-Llenar los pirotines hasta 2/3 partes  y llevar 

al horno por unos 30´a 180° o hasta que al pincharlos con un palillo veamos que sale seco.

Para el frosting:

-Ablandar en un bol el queso crema y agregarle la manteca pomada, la esencia de vainilla (puede ser de o que gusten, naranja, limón, etc.) y el azúcar impalpable. Mezclar con una espátula hasta que quede bien homogéneo.

-Colocar la preparación en una manga y decorar. Yo usé un pico redondo para que quede decorado solo en el centro.

Les aseguro que sale muy rica esta receta y espero que la prueben y me digan cómo les fue. La próxima intentaré experimentar unos Red Velvet con los ingredientes comunes a ver qué tal me va, mientras tanto, sé que esta receta es imperdible.

¡Que lo disfruten!

Saludos

Macarena!